lunes, 20 de junio de 2016

Río en "estado de calamidad" a dos meses de Olimpiadas

Rio de Janeiro pasará a tener medidas de austeridad económica para llevar a cabo los Juegos Olímpicos 2016.

                           
Los Juegos Olímpicos corren peligro a un mes y medio de su inauguración.
Con el objetivo de lograr que los Juegos Olìmpicos funcione acorde a lo planeado, el gobierno de Brasil decidió recortar gastos en la ciudad de  Río de Janeiro, que pasa por una grave crisis financiera, para lograr conseguir el déficit de 770 millones de euros para culminar los proyectos inconclusos. A su vez, el estado planea evitar cualquier riesgo de colapso de la seguridad, la salud y transporte público que pueda generarse en el transcurso de los Juegos Olímpicos Río 2016. Todo esto a mes y medio de la gran apertura del torneo que también peligra por otros problemas como el zika, la contaminación de aguas de las que se dará uso en algunas pruebas olímpicas, la inseguridad ciudadana y la preocupación de los civiles por las consecuencias que estos recortes económicos dejen en el futuro para la población brasilera. 

Luego de que Río de Janeiro se decretara ciudad en "estado de calamidad pública en sus finanzas", Francisco Dornelles, gobernador interino del estado de Río, declaró que esta medida no es suficiente para cubrir la deuda grave que posee la ciudad y que, por ahora, servirá para cubrir los 3.000 millones de reales (770 millones de euros) con los que se deben completar la nueva línea de metro que debe llegar hasta el Parque Olímpico y el pago de las horas extras de los policías que garantizarán la seguridad del evento. Además, sentenció que medidas aún más duras sobrevendrán en el futuro y que Río de Janeiro necesita apoyo del gobierno regional para pagar la deuda a través de la venta de activos y una reestructuración de las cuentas públicas. 

La organización de los Juegos Olímpicos no solo pasa por este problema. Hay que sumarle la crisis de solvencia económica por la que Brasil viene pasando desde hace varios años (en el último año, su PIB, Producto Interno Bruto, decayó en 3,8%), la falta de capacidad de la red pública de salud para atender la demanda durante la cita olímpica (según el Consejo Federal de Medicina de Brasil), la aparición de la nueva y temida enfermedad del zika (que ha producido 1,5 millones de casos y  462 casos confirmados de microcefalia) y la controvertida y reciente suspensión de la ex presidenta brasileña, Dilma Rouseff, quien está siendo investigada por manipulación de cuentas públicas y cuyo caso se resolverá a mediados de agosto de este año. 

A pesar de la dramática situación, el Comité Olímpico Internacional (COI) sigue depositando su confianza en Brasil y en los primeros Juegos Olímpicos que se celebrarán en Sudamérica, que contará con más de 10.500 atletas y a medio millón de turistas extranjeros que estarán como aficionados del 5 al 21 de agosto en Río. 



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