El astro brasileño tendrá una segunda oportunidad para consagrarse con su selección en su tierra natal luego de la mala racha del seleccionado auriverde.
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| Neymar consiguió la medalla de plata en Pekin 2008 |
Dicen que las oportunidades llegan con mérito propio.Si es así, entonces las cinco copas mundiales de Brasil justifican la chance del gigante sudamericano para dejar atrás aquella catástrofe vivida ante los alemanes dos años atrás. Hoy, a vísperas de los Juegos Olímpicos, la ilusión de los jugadores brasileños se centra en esta nueva oportunidad de reivindicarse ante su público y su principal figura lo sabe muy bien.
En aquel trágico mundial, Neymar Da Silva Santos Junior conoció el dolor en distintos aspectos. El primero fue físico, tras recibir aquel feroz rodillazo por parte del colombiano Zúñiga. Vivió la frustración de perderse el partido crucial contra Alemania en semifinales y desde la tribuna padeció la impotencia de ver cómo su selección era apabullada sin piedad por los teutones.
E la última Copa América ,Neymar sufrió como un hincha más la última eliminación de su selección a manos de Perú. El mago guardó los trucos para la función más importante, una función donde los errores no serán avalados. Los miles de verdugos que presenciarán esta última chance no tienen perdón que otorgar. El pueblo brasileño está sedienta de éxito.
El astro del Barcelona sabe que las miradas del mundo estarán en él, miradas que esperan contemplar más de su colección de regates impredecibles y goles extraordinarios. Aquellos con los que deslumbró a los londinenses en el 2008 pero no alcanzaron para vencer a México en aquel partido por la medalla de oro.
Neymar es brillante, un excelente jugador, pero sólo será leyenda cuando saque la cara por Brasil y gane un Mundial.
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